Después de cinco largas semanas de calor e intenso trabajo, concluye la VI Campaña de Excavaciones Arqueológicas en El Rebollar. Los resultados han sido más sorprendentes de lo que podríamos esperar al inicio.
La excavación arqueológica se ha prolongado más de un mes, pero el inventariado, catalogación y análisis de las estructuras y materiales localizados continuarán durante todo el año hasta la próxima campaña. Este año las preguntas finales son tantas como incógnitas hemos logrado despejar. En cuanto a las certezas, hemos comprobado que el yacimiento cuenta con cuatro edificaciones, pero desconocemos todavía el periodo de la construcción de las tres nuevas. Próximas actuaciones nos permitirán determinar su datación. También vamos resolviendo la fecha de construcción de las tumbas situadas al exterior de la iglesia visigoda que parecen del mismo momento tanto por el ajuar como por la tipología.
Respecto a las incógnitas, la pregunta más importante que nos podemos formular es la relación que tienen las tres construcciones nuevas conocidas con la antigua iglesia visigoda reformada en época bajomedieval.
El equipo de antropólogas, dirigido por Armando González y Óscar Cambra, de la Facultad de Biología de la UAM, ha finalizado también la excavación y extracción de los restos óseos de nueve individuos colocados en ocho tumbas de cista, cubiertas por una o varias losas. Tenemos que agradecer, en este trabajo, también a Primitivo Vázquez, vecino de Cerceda, por su ayuda en el movimiento de las losas coberteras de las tumbas, algo que conoce bien por su larga experiencia y trayectoria profesional con la piedra.
Como broche final de la excavación, hemos contado con la participación de la empresa Topcon que nos ha brindado la oportunidad de conocer los servicios que ofrece en relación con la topografía del yacimiento. Tanto el equipo arqueológico como los voluntarios han podido disfrutar de ello en una jornada exclusiva y muy didáctica.
Como directores de la excavación, no podemos finalizar esta campaña sin agradecer a las instituciones que hacen posible este proyecto, destacando el Ayuntamiento de BOCEMA que financia las excavaciones, a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid que apoya el proyecto y financia la conservación del yacimiento y los materiales, y los trabajos antropológicos, a la Universidad Autónoma de Madrid que financia los estudios y difusión de los restos localizados y, por supuesto, a los voluntarios, interesados, estudiantes, docentes y arqueólogos que han formado parte de un magnífico Equipo de trabajo que ha sacado a la luz el pasado más remoto de El Boalo …. ¡Gracias a todos ellos!
Hasta el año que viene…